Sin duda, el estar más tiempo en el hogar también implica generar más residuos orgánicos. Pero estos residuos no necesariamente tienen que ir a la basura, porque pueden pasar por un proceso para volver a ser usados y, por ejemplo, ayudar a nuestros huertos caseros. Aquí es cuando aparecen dos procesos para el reciclaje de nuestros residuos orgánicos: el vermicompostaje y el compostaje. En este artículo te compartimos las características de cada una de estas alternativas para que elijas la que más te acomoda, y también consejos útiles para poder armar vermicomposteras y composteras en tu hogar. ¡No te lo pierdas!

¿Sabías que todo residuo o desecho de origen animal y/o vegetal que alguna vez estuvo vivo puede degradarse biológicamente? En esto se incluyen algunos residuos que nosotros producimos en nuestras casas. Por ejemplo, los restos de lechuga, tomate, palta u otras verduras, así como las hojas que caen de nuestros árboles.

Aquí te enseñaremos dos alternativas para la descomposición de tus residuos orgánicos: el compostaje y el vermicompostaje. Cada una tiene sus propias cualidades y beneficios según el espacio que tengas disponible para armar sus estructuras físicas, así como la cantidad de personas que vivan en tu hogar. Representantes de CompostChile, una consultora dedicada al compostaje domiciliario municipal; y de Karübag, un emprendimiento que se dedica al reciclaje de residuos orgánicos, tanto en hogares como empresas.

Explican sobre estas técnicas y comparten tips para aplicarlo en nuestros hogares.

Busca lo que sea para ti: ¿Vermicompostaje o compostaje?

En ambos casos hablamos de tener una estructura física, a la que hay que aplicar distintos procesos para en el caso del vermicompostaje generar humus, y en el del compostaje, compost.

Matías Bravo, director de Karübag, explica que la diferencia principal es que las vermicomposteras trabajan con lombrices californianas. “Es más fácil y rápido el proceso, además de necesitar menos espacio, por lo que es ideal para un departamento. Sólo hay que controlarle la humedad”, explica Bravo.

©Sippakorn Yamkasikorn/ Pexels
Lombrices ©Sippakorn Yamkasikorn/ Pexels

Por su parte, Diego Campos, representante del área comercial de CompostChile, comenta que la gran diferencia entre ambas alternativas radica en la cantidad de trabajo y cuidado que necesitan. En este sentido, explica que el vermicompostaje requiere más cuidado, pero menos trabajo: “Hay que tener ojo de no cometer alguna negligencia que mate a mis lombrices. Por ejemplo, ojo con los cítricos, no echarles tanto”.

En cambio, compara, el compostaje requiere más trabajo, pero nos cuidado: “Al compost uno tiene que airearlo, meter un bastón, ensuciarse las manos con barro, sin embargo, no es de tanto cuidado porque si yo cometo una negligencia en el compostaje no me pasa nada”.

Por otro lado, está el tema de los olores y de lo que se genera. Campos explica que el vermicompostaje es un proceso que no genera olor, mientras que la compostera si lo puede generar.

Y también hay que tener en consideración el espacio. Si uno vive solo, o en un departamento con una familia de 2-3 personas, la vermicompostera es una buena opción. En cambio, si uno vive en una casa con jardín, una compostera es mejor. “Si uno tiene jardín con pasto, las lombrices no van a servir porque el pasto te da volumen y hojas”, explica campos.

¿Cómo armar nuestras propias composteras y vermicomposteras?

En ambos casos, recuerda que debes separar tus residuos en los secos o cafés; y verdes u orgánicos más húmedos.

Secos o cafés: Rollos de confort, hojas secas, servilletas, cartón, palitos de sushi, etc. Lo importante es que ojalá se puedan picar lo más posible.

Verdes o húmedos: Estos son los residuos orgánicos que vienen de las frutas y verduras. También ojalá bien picados.

Importante: No se incluyen en estas alternativas los desechos de animales, carnes, huesos o productos lácteos. Tampoco nada que no sea de origen orgánico.

Vermicompostera

Para armar este tutorial nos ayudó Matías Bravo de Karübag.

Materiales:

-3 baldes de 15 cm de radio aprox. Puedes reutilizar baldes de pintura, o también puedes ocupar bandejas de plástico o cajas de madera más alargadas.

-Un taladro.

-Núcleo de lombrices californianas.

-Residuos cafés y verdes.

©Felipe Droppelmann
©Felipe Droppelmann

Paso 1: Armar la vermicompostera

Esta será una compostera pequeña para máximo 2-3 personas.

A dos de los tres baldes (o la estructura que decidas ocupar) hay que hacerles hoyos con un taladro en su base. Alrededor de 15 o 20 hoyos. El balde que no se taladra será nuestra base, donde caerán los líquidos que luego puedes ocupar como abono líquido para plantas si lo diluyes con agua (por cada porción de este líquido diluir con 10 de agua).

Paso 2: Llenar la estructura física

Una vez que tengas esto listo, selecciona tus desechos y ponlos en un balde o estructura que tenga hoyos. Primero debes poner una capa materia seca o café.

Después, incorporar el núcleo de lombrices y esparcirlo por toda materia seca.

Y finalmente, los residuos orgánicos húmedos o verdes. Ojalá que cada cosa que pongas esté picada para que se pueda degradar más fácilmente.

Después, se va alternando. Una capa húmeda, una seca, una húmeda, una seca. Lo importante es que la última capa que se coloque debe ser seca. De esta forma se evite que llegue las moscas y el mal olor.

Puedes ir agregando baldes, pero cuidado con poner más de lo que puedan degradar las lombrices porque ellas se pueden ver afectadas. Además, si por ejemplo incluyes una cantidad de lombrices capaz de procesar dos kilos y pones tres, ese kilo restante se puede pudrir.

Importante:

*Hay que tener mucho cuidado cuando trabajamos con vermicomposteras de mantener la humedad al 65% siempre. ¿Cómo saberlo? Aquí un tip: tienes que echarle agua de vez en cuando. Si tomas un puñado de lo que hay adentro y salen gotas es porque está muy mojado. Si lo agarras y se desarma, es porque está muy seco. El punto ideal es cuando se toma y se hace una bolita que no se desarma.

*Otra cosa es que hay que mantener la temperatura de 20 grados en la  vermicompostera.  Lo ideal es no tenerla al sol, y si hace mucho calor puedes poner una botella con agua congelada. Por el contrario, si hace más frío lo recomendable es tapar la vermicompostera.

Compostera

Para armar este tutorial nos ayudó Diego Campos de CompostChile.

Necesitarás:

-Madera o restos de pallets para cubrir cuatro paredes de 70 x 70 cm y una tapa de madera.

-Bisagras para la tapa (opcional)

-Clavos y taladro, lo que necesites para armar la estructura de madera.

-Residuos cafés y verdes.

Paso 1: Armar la compostera

Esta es una compostera ideal para el jardín.

Con la madera o los restos de pallets (ojalá sellados con algún barniz), construye una estructura cuadrada con 4 paredes de 70×70, incluyendo una tapa, la que puedes unir con bisagras o no. Lo importante es que no tenga base o fondo: el contacto va a ser directo con la tierra.

Se recomienda que tenga ventilación, pero no mucha. Cualquier espacio que tenga debe ser pequeño para que no entre ningún ratón u otro animal.

Es importante respetar estas medidas. Las composteras tienen que alcanzar una temperatura especial para calentarse y que puedan funcionar bien las bacterias que producen el compostaje. “Si la haces en algo muy delgado, no va a agarrar temperatura, y si se hace muy grande, por ejemplo de 1 metro x 1 metro, los residuos nunca llegarán abajo y no se realizará el circulo virtuoso del compostaje”, explica campos.

Paso 2: Poner los residuos orgánicos

Al igual que para la vermicompostera, los residuos se van colocando en orden café – verde.

Entonces, primer se ponen en nuestra caja los residuos secos o cafés, luego los residuos orgánicos verde, y así sucesivamente. Lo importante es que la última capa sea café. Ojalá pica bien los residuos.

Importante:

*Dos veces a la semana es necesario airear el compost. Con un palo mézclalo.

*Si se llegase a “colapsar” puede ser por dos razones: o se le está echando mucho material seco en comparación al verde o viceversa. Lo importante es ir manteniéndolo equilibradamente.

¿Cómo se que mi compost y mi humus están listos?

Campos explica que está listo cuando no se puede diferenciar el origen. Es decir, todas las cáscaras y residuos que echamos en un principio ya no están. El humus es menos húmedo y con menos textura de arena. En general, el color es bien negro y, el olor no es a pudrición, sino a bosque.