EN MEDIO DE LA PANDEMIA, EL GOBIERNO DE FACTO PROPONE UN MECANISMO ABREVIADO PARA INTRODUCIR NUEVOS TRANSGÉNICOS EN BOLIVIA. EN ANAFAE, RECHAZAMOS ESTA AUTORIZACIÓN QUE VA ENCONTRA DE LOS DERECHOS DE LOS CAMPESINO Y SU SOBERANIA ALIMENTARIA.

A través del Decreto Supremo 4232, el Gobierno de facto de Bolivia, autorizó de manera excepcional, al “Comité Nacional de Bioseguridad establecer procedimientos abreviados para la evaluación del maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya, genéticamente modificados en sus diferentes eventos, destinados al abastecimiento del consumo interno y comercialización externa”.

La norma, aprobada este jueves y publicada en la Gaceta Oficial de Bolivia un día después, expresa que la fundamentación de la medida está en el contexto de la emergencia sanitaria de la Covid-19, ante la necesidad de obtener alimentos en menos tiempo y con rendimientos superiores.

La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, la expresión de La Vía Campesina en América Latina y el Caribe, repudió la expedión de este decreto, y el Movimiento Agroecológico Boliviano (MAB), mediante un comunicado oficial, exigió la derogación de este decreto, advirtiendo que la medida gubernamental pone en riesgo la diversidad genética de las semillas nativas y ocasiona afectación seria a la diversidad genética que tiene el país.

Este decreto pone en riesgo la soberanía alimentaria del pueblo Boliviano y es un atentado en contra de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las y los Campesinos y de otras personas que trabajan en las zonas rurales; atenta contra la salud y la alimentación saludable y pone en riesgo la biodiversidad y el patrimonio genético de este país.

Otras de las críticas que se han formulado están relacionadas con los efectos nocivos que la manipulación genética puede tener sobre la estabilidad de la naturaleza: Recordemos que Bolivia es uno de los pocos países del mundo que reconoce derechos a la naturaleza.

Hay que señalar que en Bolivia se cultivan transgénicos desde hace años. En el año 2017, se habían plantado 1.283 millones de hectáreas de soya con resistencia a glifosato en la zona de Santa Cruz, en la amazonía boliviana, actividad que ha beneficiado a la Asociación de productores de soya y trigo de Bolivia (ANAPO). La soya ocupa el 45% de la tierra cultivable del país.

A incios de la década del 2000, había intentos de introducir algodón trangénico con resistencia a insectos (algodón Bt), y papa con resistencia nemátodos, lo que se frenó gracias a la movilización de las organizaciones indígenas y campesinas del país.

Lo que se pretende ahora es introducir nuevos eventos transgénicos de soya, además de maíz, caña, trigo, algodón.

ANAFAE hace un llamado a la comunidad internacional a expresar su repudio ante esta barbarie que pretende el actual gobierno en contra de la agricultura campesina, a las instituciones internacionales para que aceleren las medidas que buscan restablecer la democracia en Bolivia y a todas las organizaciones campesinas y aliadas a defender nuestras semillas nativas y nuestro modelo de Soberanía Alimentaria.

Fuentes: CLOC – LA VÍA CAMPESINA