Semillas | ANAFAE https://redanafae.com Mon, 08 Apr 2024 18:18:12 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 ¡Fuera las manos de nuestro pasto! Las comunidades pastoriles de Kenia luchan contra la privatización de su biodiversidad https://redanafae.com/2022/05/10/fuera-las-manos-de-nuestro-pasto-las-comunidades-pastoriles-de-kenia-luchan-contra-la-privatizacion-de-su-biodiversidad/ Tue, 10 May 2022 21:24:16 +0000 https://redanafae.com/?p=4053 ?Quien nos alimentara? https://redanafae.com/2022/03/04/quien-nos-alimentara/ Fri, 04 Mar 2022 15:10:00 +0000 https://redanafae.com/?p=3728 La red campesina alimentaria o la cadena agroindustrial Los campesinos son los principales y en ciertos casos los únicosproveedores de alimentos para más del 70% de la población del mundo. y producen esta comida con menos del 25% de los recursos —agua, suelo, combustibles— empleados para llevarla totalidad de los alimentos a la mesa. leer mas aquí.

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UPOV: el gran robo de las semillas. Por eso debemos defenderlas https://redanafae.com/2021/04/09/upov-el-gran-robo-de-las-semillas-por-eso-debemos-defenderlas/ Fri, 09 Apr 2021 16:10:15 +0000 http://redanafae.com/?p=2900 Como todo mundo sabe, sin las semillas no sería posible la agriculturani todo lo que nos brinda. Hace miles de años que los pueblos del mundo entero lo comprenden. Proteger las semillas y brindar acceso a ellas es un entendimiento fundamental de la gente más allá de culturas, ideologías, religiones y visiones de mundo. leer documento PDF aquí.

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Las multinacionales semilleras quieren apropiarse de las semillas. https://redanafae.com/2021/03/26/las-multinacionales-semilleras-quieren-apropiarse-de-las-semillas/ Fri, 26 Mar 2021 20:45:45 +0000 http://redanafae.com/?p=2892 Las semillas son la base de la alimentación. Desde el inicio de la agricultura, las semillas criollas han sido conservadas, guardadas, protegidas y mejoradas por miles de familias campesinas e indígenas. Las multinacionales semilleras quieren apropiarse de las semillas. Porque razón? Porque son un gran negocio.  Las semillas son patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad. Como ANAFAE nos oponemos a la Ley de Certificación de Semillas.

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Las semillas son patrimonio de nuestro pueblo https://redanafae.com/2021/03/17/las-semillas-son-patrimonio-de-nuestro-pueblo/ Wed, 17 Mar 2021 16:04:05 +0000 http://redanafae.com/?p=2882 Las semillas son un vehículo de transferencia cultural de nuestros pueblos. ANAFAE lucha por los derechos de los campesinos y campesinas a la libre circulación de semilla, como ha sido siempre.  NO permitamos que aprueben la nueva ley de semillas. NO permitamos que jueguen con NUESTROS ALIMENTOS.

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¿Sabías que? https://redanafae.com/2021/03/09/sabias-que-2/ Tue, 09 Mar 2021 15:39:18 +0000 http://redanafae.com/?p=2867 La agroecología protege los cuatro promotores de la vida: el agua, el suelo, la tierra y las semillas.

Produce alimentos sanos libres de venenos químicos y transgénicos. Apoyemos a las familias agroecológicas consumiendo sus productos sanos, sabrosos,  saludables.

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Animación UPOV: el gran robo de las semillas https://redanafae.com/2021/02/10/animacion-upov-el-gran-robo-de-las-semillas/ Thu, 11 Feb 2021 03:12:26 +0000 http://redanafae.com/?p=2811 La mayor parte de las Leyes de Semillas que se intentan imponer en el mundo se basan en un Convenio llamado UPOV (Unión Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales) que para la mayor parte de las personas y organizaciones es desconocido o muy difícil de comprender en sus contenidos y en las implicaciones que tiene para nuestras semillas.

GRAIN | Animación UPOV: el gran robo de las semillas

https://youtu.be/bu8DLqEimRc
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¿Por qué hay que rechazar los intentos de mercantilizar la tierra? https://redanafae.com/2020/11/26/por-que-hay-que-rechazar-los-intentos-de-mercantilizar-la-tierra/ Thu, 26 Nov 2020 22:00:01 +0000 http://redanafae.com/?p=2779 Un informe reciente del Instituto Oakland detalla las diversas formas en que los gobiernos, voluntariamente o por la presión de las instituciones financieras y los llamados países donantes, intentan privatizar la tierra y hacerla accesible para ser explotada. Esas formas incluyen a las reformas agrarias, cambios en las leyes y reglamentaciones, uso de nueva tecnología para el registro de tierras, así como la eliminación de las salvaguardas vigentes que protegen a los pueblos indígenas y el medio ambiente.

Es necesario desmantelar el mito de que la tenencia segura solo puede provenir de títulos privados. En lugar de suprimir la gobernanza local y negar la autonomía indígena, los gobiernos deben construir sistemas que incorporen una diversidad de sistemas de propiedad y gobernanza, y enfocarse en establecer un camino que sirva a la gente en lugar de uno que les quite la tierra en beneficio de las empresas.​

Por qué los gobiernos deberían rechazar los intentos de mercantilización de la tierra orquestados por el Banco Mundial y Estados Unidos

El virus del Covid-19 ha eclipsado durante algún tiempo la creciente crisis climática y ambiental que enfrenta el mundo. Los alarmantes índices de deforestación, desertificación, degradación ambiental y contaminación continúan amenazando la biodiversidad de nuestro planeta, así como la salud y los medios de vida de miles de millones de personas.

Sin embargo, en lugar de tomar medidas sustanciales, los gobiernos, las empresas y las instituciones internacionales de hecho están “redoblando la apuesta”. Quieren explotar más tierras apelando a un discurso basado en el eufemismo de darles un “uso productivo” en nombre del “progreso” y el “desarrollo” económico. En todo el mundo, los gobiernos se ven presionados a invitar a inversionistas internacionales para que exploten más tierras y recursos para la tala, la ganadería, las plantaciones de palma aceitera, de árboles maderables y otros cultivos, así como para minería, petróleo y gas.

Sin embargo, un obstáculo para esta expansión han sido los regímenes de tenencia de la tierra que prevalecen en varios países, así como los derechos que otorgan a las personas que viven en esas codiciadas tierras. Un 65 por ciento de la superficie terrestre del mundo todavía está administrado por comunidades con sistemas consuetudinarios (1). Se ha demostrado que los pueblos indígenas y las comunidades locales son eficientes administradores de su tierra, gestionada bajo una variedad de sistemas de tenencia comunitaria y colectiva.

Los territorios indígenas tradicionales abarcan el 22 por ciento de la superficie terrestre del mundo, que contiene un 80 por ciento de la biodiversidad mundial (2). Varios países anteriormente colonizados han adoptado sistemas duales de tenencia de la tierra, los cuales reconocen las leyes consuetudinarias sobre la misma y, a la vez, establecen que toda la tierra es propiedad del Estado (3). Esta situación se considera una limitación para los inversionistas y las empresas. Como lo expresó el Banco Mundial, “los derechos indocumentados [sobre la tierra] plantean desafíos y riesgos para los inversionistas” (4), y en el caso de África, el continente está “frenado por la confusión en materia de propiedad de la tierra” (5).

Promoviendo el despojo

Un informe reciente del Instituto Oakland titulado “Promoviendo el despojo: el empuje global para desbloquear el potencial económico de la tierra” (Driving Dispossession: The Global Push to Unlock the Economic Potential of Land) (6), detalla las diversas formas en que los gobiernos, voluntariamente o por la presión de las instituciones financieras y los llamados países donantes, intentan privatizar la tierra y hacerla accesible para ser explotada. Esas formas incluyen a las reformas agrarias, cambios en las leyes y reglamentaciones, uso de nueva tecnología para el registro de tierras, así como la eliminación de las salvaguardas vigentes que protegen a los pueblos indígenas y el medio ambiente.

El informe revela que los intereses estadounidenses juegan un papel destacado en estos intentos

Es importante destacar que el informe revela que los intereses estadounidenses juegan un papel destacado en estos intentos, a través de una serie de vías. Millennium Challenge Corporation (MCC), una entidad del gobierno estadounidense con la misión declarada de “reducir la pobreza a través del crecimiento”, tiene un historial documentado de presionar a los países para que transfieran tierras de agricultores familiares a inversionistas para desarrollar la agricultura industrial. En Sri Lanka, el convenio de la MCC tiene la intención de mapear y registrar hasta el 67 por ciento del país para “promover transacciones de tierras que puedan estimular la inversión y aumentar su uso como activo económico”.

Al igual que la MCC, y en contradicción con su propia investigación que durante mucho tiempo reconoció el valor de los sistemas tradicionales, la agencia estadounidense para el desarrollo (USAID) también juega un papel importante en el financiamiento y promoción de proyectos de titulación de tierras de propiedad privada en todo el mundo. Las empresas estadounidenses también están cada vez más involucradas y han introducido una tecnología llamada “blockchain” (cadena de bloques) como la solución mágica para asegurar la tenencia de la tierra.

Blockchain es un registro financiero digital que realiza un seguimiento de las transacciones en una “cadena” cronológica, con “bloques” de información que almacenan datos tales como la fecha, la hora, la cantidad y los participantes de una transacción. Es un registro financiero distribuido, lo que significa que cada vez que ocurre una transacción, debe ser verificada por una red de miles o posiblemente millones de computadoras en todo el mundo antes de que la transacción pueda registrarse como un bloque de la cadena. Esto hace que sea prácticamente imposible alterar las transacciones de forma retroactiva (7).

Los defensores del uso de la tecnología blockchain para la administración de tierras argumentan que tiene el potencial de mejorar la seguridad y la transparencia de los registros de tierras en la medida que almacena toda la información sobre los límites de la propiedad y los propietarios en una fuente en línea inmodificable. Sin embargo, la aplicación de la tecnología requiere que los países avancen hacia sistemas de propiedad privada de la tierra, que requerirán registro y digitalización.

El programa de titulación de tierras de Zambia basado en blockchain, dirigido por una subsidiaria de la tienda virtual estadounidense de venta al público Overstock.com, demuestra cómo blockchain se usa realmente para privatizar la tierra y acceder a los recursos naturales. Patrick Byrne, exdirector ejecutivo de Overstock.com, dejó claras sus motivaciones cuando dijo que el objetivo del proyecto era desbloquear billones de dólares de reservas minerales mundiales que son inaccesibles debido a sistemas poco claros de gobernanza de la tierra. En 2018, Overstock.com firmó un acuerdo con el Banco Mundial para colaborar en proyectos similares en decenas de otros países, pero hasta ahora el Banco se ha negado a hacer público este acuerdo.

Estados Unidos también tiene un poder político y financiero desmesurado sobre instituciones internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que promueven políticas y reglamentaciones destinadas a privatizar los comunes en beneficio del sector privado.

En Ucrania, por ejemplo, el FMI condicionó el apoyo financiero que se necesitaba desesperadamente a la creación de un mercado de tierras. Después de años de presión internacional y en medio de la pandemia del Covid-19, en marzo de 2020, el país adoptó una ley que crea un mercado de tierras a pesar de la oposición de más del 70 por ciento de la población.

Cuando se trata de apoderarse y privatizar tierras en el Sur Global, el Banco Mundial es un instrumento clave de la agenda empresarial encabezada por los Estados Unidos, que es el principal donante de la institución.

Financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates, y los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido, el programa del Banco Mundial Facilitando los Negocios en la Agricultura (conocido por sus siglas en inglés, EBA) se supone que respaldará la “Nueva Alianza para la seguridad alimentaria y la nutrición”, una iniciativa lanzada por el G8 para promover el desarrollo agrícola desde el sector privado en África.

En 2019, el informe del Oakland Institute, “El mejor postor se lo lleva todo: el plan del Banco Mundial para privatizar los bienes comunales” (The Highest Bidder Takes It All: The World Bank’s Scheme to Privatize the Commons), denunció el agresivo ataque sin precedentes a los derechos sobre la tierra impulsado por el programa, que promovió la agricultura industrial a gran escala a expensas de los agricultores, pastores y pueblos indígenas.

A través de la EBA, el Banco recomendó a los gobiernos formalizar los derechos de propiedad privada, facilitar la venta y arrendamiento de terrenos para uso comercial, sistematizar la venta de terrenos públicos en subasta al mejor postor y mejorar los procedimientos de expropiación para dar el “mejor uso” a la tierra. Ignoró el hecho de que miles de millones de personas viven y trabajan en estas tierras, que son esenciales para sus medios de vida y representan bienes ancestrales con una profunda importancia social y cultural. Nuestros resultados generaron indignación en todo el mundo y, en lo que fuera un avance importante, el Banco finalmente eliminó el nuevo indicador de tierras en el informe de la EBA de 2019.

En cambio, reconoció la importancia de los derechos consuetudinarios sobre la tierra y anunció que las salvaguardas para proteger estos derechos deberían ser “una prioridad del desarrollo” (8). La eliminación de dicho indicador es una victoria para miles de millones de agricultores familiares, pastores y pueblos indígenas de todo el mundo que dependen de su tierra para su sustento, así como para las más de 280 organizaciones de la sociedad civil que se han unido a la campaña  Our Land Our Business (Nuestra Tierra, Nuestro Problema) para hacer frente al Banco Mundial.

Más allá de los cambios retóricos (…) las recetas del Banco [Mundial] para privatizar la tierra todavía se aplican a nivel de país de diferentes formas, y la institución continúa financiando programas que promueven la agricultura industrial y socavan los derechos consuetudinarios sobre la tierra.

Sin embargo, más allá de los cambios retóricos, como se vio anteriormente, las recetas del Banco para privatizar la tierra todavía se aplican a nivel de país de diferentes formas, y la institución continúa financiando programas que promueven la agricultura industrial y socavan los derechos consuetudinarios sobre la tierra. En la República Democrática del Congo (RDC), el Banco Mundial, por ejemplo, ha financiado y guiado el desastroso plan del gobierno de establecer 22 parques agroindustriales en todo el país, lo que ha llevado al acaparamiento de tierras y al despilfarro de unos 100 millones de dólares de fondos públicos en la implementación del primer parque piloto (9).

El apoyo a los parques agroindustriales es coherente con el modelo de desarrollo impulsado por el Banco Mundial en todo el mundo, que fomenta polos de crecimiento, corredores de desarrollo y zonas económicas especiales como instrumentos para atraer inversión extranjera.

En lugar de proteger los derechos de las comunidades a la tierra, se alienta a los gobiernos a actuar bajo la suposición profundamente errónea de que el “desarrollo” solo puede lograrse otorgando a los intereses empresariales acceso ilimitado a sus recursos, como lo promueven el Banco Mundial y los llamados países donantes.

La privatización de la tierra estatal y comunal, realizada con el pretexto de “desbloquear” el potencial de la tierra, satisface las necesidades de los intereses empresariales a expensas de millones de medios de vida y sustento. Al fomentar la creación de “mercados de tierras”, el Banco no puede ignorar que dentro de un sistema de mercado donde la tierra no es más que una mercancía, las empresas pueden excluir a las personas provocando desalojos y despojo, concentración de la propiedad de la tierra en manos de empresas y degradación ambiental.

El fracaso del modelo económico neoliberal nunca ha sido tan claro.

Este discurso del desarrollo continúa cobrando fuerza, a pesar del papel decisivo que ha tenido en la actual crisis climática y ambiental, así como de los millones de medios de vida que ha destruido con desplazamientos y despojo. El fracaso del modelo económico neoliberal nunca ha sido tan claro.

Esta persistente mercantilización de la tierra debe confrontarse con una fuerte acción para detener y revertir la privatización de los territorios y los comunes en todo el mundo. Existen alternativas comprobadas que se han implementado con éxito en todo el mundo. Las tierras y aguas indígenas representan el 80 por ciento de la biodiversidad del mundo, y cada vez más se acepta que las comunidades locales y los pueblos indígenas son guardianes efectivos de estas áreas. Se posicionan como la última línea de defensa contra el acaparamiento de tierras y las prácticas destructivas de gobiernos y empresas que convierten las tierras de cultivo familiares, los pastizales y los bosques en monocultivos industriales, grandes ranchos y minas desmanteladas.

Es necesario desmantelar el mito de que la tenencia segura solo puede provenir de títulos privados. En lugar de suprimir la gobernanza local y negar la autonomía indígena, los gobiernos deben construir sistemas que incorporen una diversidad de sistemas de propiedad y gobernanza, y enfocarse en establecer un camino que sirva a la gente en lugar de uno que les quite la tierra en beneficio de las empresas.

Fuente: Servindi

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Misiones ya tiene Ley de Protección de Semillas Nativas y Criollas https://redanafae.com/2020/09/24/misiones-ya-tiene-ley-de-proteccion-de-semillas-nativas-y-criollas/ Thu, 24 Sep 2020 22:00:20 +0000 http://redanafae.com/?p=2709 La Cámara de Representantes sancionó este jueves la Ley de Protección de Semillas Nativas y Criollas, y declaró de Interés Provincial a las semillas nativas, criollas y a las formas y modalidades de producción de cultivares de éstas, que respetan la mantención de la diversidad genética, con el fin de garantizar su protección integral y su carácter de manifestación cultural en todo el territorio misionero.

Además, se establece la prohibición de modificar genéticamente las semillas nativas y criollas; en forma excepcional y con intervención del Consejo Asesor de Semillas Nativas y Criollas, a través del permiso correspondiente otorgado por la Autoridad de Aplicación, las semillas nativas y criollas pueden ser mejoradas a partir de procesos de técnicas citogenéticas. La resolución que lo admita debe ser fundada en razones de mérito, oportunidad y conveniencia que justifiquen el interés público de la excepción concedida.

La Ley de Protección de Semillas fue elaborada por el Bloque de Diputados del Partido Agrario y Social y se sancionó fusionando otro proyecto en conjunto con legisladores del Frente Renovador.

Varias leyes de protección relacionadas

“Es una gran alegría la aprobación de esta ley que junto a otras en beneficio del pueblo misionero, marcan un carácter de Estado presente en diferentes situaciones. En esta sesión sancionamos también la creación de la Secretaría de Cambio Climático, que tiene estricta relación con la Ley de Semillas y por supuesto con la de Soberanía Alimentaria”, destacó el diputado Martín Sereno.

Abogan a tener cultivos intensivos si se dejaran de usar los agroquímicos que degradan el suelo.

De igual modo que si se produjeran alimentos a pequeña escala a través de la agricultura familiar se reducirían -según datos estadísticos certeros y comprobados- en un 45% la emisión de gases que generan el calentamiento global”, explicó el legislador del PAyS, autor de la norma.

En ese sentido, la Ley de Semillas persigue un objetivo mucho más amplio, ya que con esta sanción, “estamos protegiendo miles de años de historia y de cultura de la humanidad que dejó de ser nómade cuando comenzó a plantar; antes eran cazadores y pescadores, y partir de la siembra y la cosecha se asentaron porque requerían un período más largo de estancia en un lugar fijo”.

“Con esta sanción estamos dando un enorme paso”

El legislador afirmó en la sesión virtual del jueves, que con la Ley de Semillas “protegemos la vida, la memoria, la historia, la cultura, el ambiente y a las familias agricultoras, que es sostener miles de años de historia, proyectarlos y seguir protegiendo de acá hacia adelante”, dijo.

Sostuvo que el año pasado durante el macrismo, resistieron los embates de la Ley de Patentes de Semillas, donde querían privatizar esto que impulsan ahora.

“Querían dejarnos, como pasó en muchos países en su momento, como rehenes de un cultivo, de un producto de la naturaleza a los agricultores, y quizás por modificar un pequeño gen y patentarlo, pretendían prohibir el libre intercambio y uso de las semillas nativas”, advirtió.

Sereno enfatizó que el paso que están dando es “inmenso”. Quizás todavía no tengamos la dimensión de lo que significa. Estas leyes marcan la enorme diferencia con políticas alimentarias, culturales y de la agricultura”, señaló.

Temas pendientes como la Ley de Arraigo

El diputado destacó que en su momento mencionó que sin Ley de Semillas Criollas y Nativas no hay soberanía alimentaria. Y a eso le suma que su bloque tiene pendiente dos proyectos que esperan debatir, consensuar y sancionar: la Ley de los Derechos de la Naturaleza que protegería la biodiversidad “de la que podríamos sentirnos orgullosos delante del resto del país y del mundo, y que también va en consonancia con la Secretaría de Cambio Climático, porque busca reconocerle a la naturaleza sus derechos, como bienes comunes, no como recursos naturales”.

Otra de las leyes que esperan ser debatidas y con la que pretenden seguir transitando el camino de la vuelta al campo es la Ley de Arraigo Rural.

“La política del PAyS es en defensa, protección e inclusión de la producción sana de alimentos, con el objetivo de una vida digna. Tenemos muchos compañeros y compañeras con quienes trabajamos en cooperativas, quienes distribuyen las semillas entre los productores de la agricultura familiar, y nos enorgullece ese trabajo digno y esforzado de esos compañeros que ayudan a sostener estas políticas que impulsamos entre todos y todas”, remarcó.

Construcción que apunta a la soberanía alimentaria

El jefe del bloque del PAyS agradeció a los autores y autoras de los otros proyectos que se sancionaron en conjunto como Rosana Argüello (MC), Orlando Revinski, Marcelo Rodríguez (MC) y Liliana Rodríguez y que hicieron posible la sanción de esta ley.

“Agradezco a la actual secretaria de Estado de Agricultura Familiar, Marta Ferreira -en el ámbito de su organismo se crea el Instituto Provincial de las Semillas Nativas y Criollas- y a la diputada mandato cumplido, Roxana Argüello (FR), quienes también son parte de esta construcción que apunta a la soberanía alimentaria, y dentro de este recinto hay muchas compañeras y compañeros que transitan el camino de la soberanía alimentaria y propugnan la producción de semillas nativas y criollas y que las defienden con su trabajo”, manifestó el diputado Sereno.

Fuente: Noticias del 6

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Guardianes de semillas, territorios y oportunidades https://redanafae.com/2020/09/08/guardianes-de-semillas-territorios-y-oportunidades/ Tue, 08 Sep 2020 19:32:25 +0000 http://redanafae.com/?p=2675 La agricultura empezó alrededor de 10 o 12 mil años atrás, cuando seguramente una mujer reconoció en la naturaleza una planta alimenticia, y reprodujo su ciclo vital. Ese primer paso desató el proceso de crianza mutua entre nuestra especie y la enorme cantidad de variedades vegetales que nos alimentan desde entonces.

La humanidad se expandió y evolucionó en todos los continentes de la mano de plantas que fueron su sustento, las que a su vez fueron modificándose para adaptarse a los climas, suelos y prácticas donde las llevaron los pueblos. Cada palabra con la que nos acostumbramos a nombrar determinado alimento, en realidad expresa un enorme conjunto de variedades: “maíz” “trigo” “tomate”. Y cada variedad tuvo sus guardianas y guardianes, comunidades campesinas e indígenas con las que se crió y a las que ayudó a criar alimentándolas. Ellas fueron las responsables de su particular desarrollo, su “mejora” en términos productivos, guardando la mejor semilla de la mejor planta para volver a sembrar, reproducirla, multiplicarla, e intercambiarla.

Pandemia corporativa

Con las semillas es imposible plantear autorías, porque los momentos inaugurales que solemos asociar a los descubrimientos, pierden su rastro en millones de manos y diferentes culturas. Quién diga que “descubrió” una semilla, miente; quién sostenga que es “suya”, roba. Son patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad, y por eso enfrentamos los intentos de las corporaciones por apropiárselas.

Y estos intentos se suceden desde el inicio de la llamada “Revolución Verde” en los 60s – 70s del siglo pasado, con el acaparamiento de los sistemas agroalimentarios por el capital concentrado: la introducción de paquetes tecnológicos con semillas híbridas primero y transgénicas después, agrotóxicos y maquinarias parte de la reconversión de la industria militar. Con más concentración empresaria en cada eslabón de la cadena que termina con cada bocado, y que empieza indefectiblemente en una semilla. Esa centralidad en el ciclo del alimento la vuelve estratégica tanto para las corporaciones como para los pueblos.

En la disputa por los bienes comunes el capital buscó desarmar los sistemas campesinos e indígenas, y se valió también de la operación simbólica de ubicarlos en el atraso y el primitivismo que la modernidad y la tecnológica vendrían a superar. Como no podía ser de otro modo, la ofensiva contra los pueblos y culturas incluyó también a sus semillas nativas y criollas que no se ajustarían al canon de “estables” y “homogéneas” que según la industria garantizarían los rindes para “alimentar a la humanidad”.

Por este camino no sólo no se alimentó a la humanidad, sino que en apenas 50 o 60 años, la humanidad perdió el 75% de las variedades vegetales que se crearon en más de 10.000 años de agricultura. Esto es particularmente peligroso en el marco de la crisis climática ante cuyos rigores no sabemos cuántas ni cuáles variedades podrán adaptarse, y en dónde. Esta tremenda pérdida de biodiversidad hace que todos y todas tengamos ¾ partes menos de alimentos distintos disponibles. Y la situación que no es peor gracias a la resistencia de los pueblos y comunidades para defender sus semillas, garantizando los ciclos de su reproducción e intercambio.

Guardianas y guardianes

Aún con toda esta ofensiva y erosión material y simbólica, hoy son las y los campesinos, pescadores artesanales, pastoras trashumantes y pueblos originarios quienes producen entre el 60 y el 80% de lo que alimenta a la humanidad en todo el mundo con apenas el 25% de la tierra cultivable. Decíamos que su centralidad en la alimentación se sostiene también en las redes de resistencia que han sabido construir, cuya expresión más importante es La Vía Campesina Internacional, la organización social más grande del mundo que agrupa a 200 millones de productoras, productores y sus comunidades en 81 países. En estas redes resistentes las semillas también son el centro de la preocupación y la acción.

Gerardo Segovia, de la Red de Agricultura Orgánica de Misiones (RAOM) es uno de los artífices de la Semana Continental de las Semillas Nativas y Criollas que impulsa el Movimiento Agroecológico de América Latina y El Caribe (MAELA), “En el intercambio de semillas se conjuga lo sagrado, lo espiritual, lo profundamente ecológico y profundamente político. Durante la semana continental que arranca el 26 de julio que acá se festeja el Día de la Patrona de los Sembradíos y termina el 1° de agosto Día de la Pachamama, se relacionan 3 elementos de la naturaleza que son centrales para la Soberanía Alimentaria: una es la semilla, y las otras son la madre tierra que va recibir todas las ofrendas, y las manos campesinas de los guardianes y guardianas de semillas, especialmente de las mujeres, que llegan a ofrecer a esa madre tierra que está abierta para luego poder dar sostén; para que esa semilla crezca, germine y se abra para ser fruto, monte, biodiversidad.”

Las semillas junto a la organización son la clave para el reverdecer comunitario en nuestros territorios impactados por el agronegocio. En experiencias que construyen las organizaciones campesinas, como Productores Independientes de Piray (PIP) que integra la UTT, levantando una Colonia Agrícola de Abastecimiento en las tierras recuperadas a la multinacional Arauco junto a 97 familias, y que relata Miriam Zamudio: “Integramos a las familias a trabajar comunitariamente dentro de las tierras, con una planificación que hacemos en reuniones y asambleas. Se consiguen las herramientas y las semillas, se hacen capacitaciones y vamos articulando los saberes. Así vamos construyendo esta Misiones que queremos, con otro modelo de producción, no sólo para el futuro sino ya.”

O lo que expresan desde la asociación Comunidades Campesinas por el Trabajo Agrario (CCTA) integrante del MTE, ubicada en kilómetro 80 de Pozo Azul, a través de su presidente Wilmar Vas: “Para nosotros cada semilla es fuente de vida y alimentos. Sembramos nuestra semilla y generamos una cadena que viene de nuestros antepasados y continuaremos cuidando porque si no tenemos semilla no tenemos producción ni alimentos. La semilla es la vida en sí de una comunidad”.

Se habla de “bancos de semillas”, y la imagen puede servirle a las millones de personas que viven en las ciudades y han ido perdiendo esa intimidad con las semillas y la producción de alimentos, para reconocer la acción de guardar un excedente para un momento de escasez o un próximo ciclo. Pero guardar semillas es algo muy distinto a las prácticas de atesoramiento bancario. Las semillas no son cosas, son vida en potencia; no se pueden guardar eternamente sino que tienen que reproducirse constantemente para seguir activas y poder expresar su valor. Un valor que está en las antípodas de las abstracciones del valor “de cambio” del dinero, sino que nos reconectan con las nociones “de uso” que la lógica mercantil nos fue escamoteando. Eso que tan claramente refleja doña Ángela Romano, de Rodeo Grande “zona serrana, de altura” en Tafí del Valle, Tucumán, cuando rodeada de sus semillas dice que es una “rica pobre”, mientras su mano bucea entre ellas.

Desde los pueblos originarios hasta las ciudades

Para Segovia “en ese grano de maíz está concentrada la identidad de los pueblos originarios que son co-creadores de la vida. Acá en Misiones los Guaraníes tienen la leyenda del maíz y la leyenda de la mandioca, que son dos semillas muy importantes para la espiritualidad; son la base de la alimentación y también de la lucha hoy para que sigan estando en las manos de sus verdaderos dueños, los pueblos originarios y campesinos, y lleguen cada vez más hasta los huerteros y huerteras de las ciudades y periurbanos.”

¿Cuántas huertas se empezaron durante la pandemia? Muchísimas, al punto de agotar las semillas que da el Programa Pro-Huerta. Capaz “para hacer algo” en medio del aislamiento obligatorio, pero quizá también como un reflejo pre-racional al reconocer que lo que vivimos es consecuencia de lo mal que venimos haciendo muchas cosas hace mucho. Para el MAELA esta pandemia es “un grito de alerta”, que “deja al descubierto lo que sucede cuando se rompe el equilibrio natural, cuando se atraviesan límites, cuando se quiebran vínculos y relaciones de respeto entre los seres humanos con el ambiente”.

Ese reconocimiento íntimo, esa congoja, quizá activó algo ancestral que saben nuestros cuerpos al echar mano de esas semillitas y volver “a lo primero” al sembrarlas. Nosotros y nosotras, nuestros pueblos, también somos semillas. Estuvimos demasiado tiempo aturdidos por las lógicas del consumo, materializado o no; enceguecidos por las pantallitas, las luces y sonidos constantes; deseando objetos, acostumbrados a la precariedad urbana de la escasez constante, atrás del mango día a día; enloquecidos como las abejas, los ecosistemas naturales o el sistema endócrino por el contacto con las moléculas tóxicas de la agricultura industrial.

Como sea, con las semillas criollas en manos de sus guardianes y guardianas vuelve el alimento y los sabores de nuestras infancias, vuelven las manos de las abuelas. Vuelve la comunidad que rebrota en el intercambio aún con el barbijo puesto o medianera por medio. Vuelve la posibilidad de ser soberanos en nuestros territorios. No nos vamos a cansar de decir que esta crisis pandémica es una oportunidad; quizá la humedad y temperatura que nuestro cuerpo social esperaba para salir de su latencia y brotar.

Fuente: Facundo cuesta- Biodiversidad LA.

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